El principal medio por el cual los seres humanos nos
relacionamos es la comunicación, ésta es la base por la cual podemos expresar
todo aquello que sentimos, deseamos y necesitamos compartir con los demás. Se
puede decir que es algo fácil de realizar, pero al mismo tiempo difícil de
aprender, debido a que muchas veces decimos comunicarnos pero lo único que
hacemos es hablar.
Muchos aspectos interfieren en
nuestro desarrollo laboral, y uno de los más importantes es este. Por ejemplo,
mi trabajo se enfoca en Servicio al Cliente, ¿Cómo lograría los objetivos de mi
trabajo si no es por medio de una comunicación eficaz con los clientes?
A continuación comparto un artículo, que fue publicado,
el periódico nacional La Nación (2012), en el mismo se comenta sobre cómo
afecta la falta de comunicación, en nuestro crecimiento como seres humanos y
las repercusiones que la falta de ésta puede ocasionar, como por ejemplo
guerras mundiales
¿Cómo y con quién
dialogar?
"Costa Rica,
ejemplo de paz y de diálogo a nivel mundial, es eso: ejemplo. Sin embargo,
desde hace algunos años un grupo grande de costarricenses se ha dedicado a
querer encontrar distorsiones donde no existen. Nada más perjudicial para la
paz que la desconfianza. ¿Dónde nace esa desconfianza? En la dificultad del
diálogo. Por trillado que resulte, la familia es la base de la sociedad. Hecho
innegable. Si las familias dejan de velar por el fondo y la forma en que se
comunican, si basan su comunicación en el uso del sarcasmo y la arbitrariedad,
los niños se desalientan, se desaniman, se desesperanzan al constatar que no es
cierto que haya una herramienta para lograr la resolución de conflictos.
En la infancia se
inicia un tipo de comunicación que pretende ser ideal. Entiéndase por
"ideal" transparencia de intención, aunada a la comunicación oral y
corporal. Así lo anhelamos todos, aunque se practica poco en los hogares, pues
se prefiere el dogmatismo, de manera que quienes se encuentran temporalmente
subordinados a algún tipo de obediencia no discutan ni cuestionen. Así se le
cortan las alas desde pequeños a los seres humanos. Crecen en ambientes donde
las exigencias intrascendentes de la sociedad toman fuerza sobre los valores
del hogar, cuando los hay. Hacerles ver a estos niños que el ser “diferentes”
será conveniente para ellos en un futuro es tarea dura para quienes,
convencidos de inculcar valores morales y éticos (que no son sinónimos),
realizan ese esfuerzo. Gran logro es para esos niños, confiados de que sus
guías quieren lo mejor para ellos, abrazar el tema de la transparencia.
Comunicación
difícil. Difícil a todas luces es la comunicación, basta ver la
realidad mundial que, por posiciones de poder, maquillan conversaciones, como
si el resto de la humanidad fuera incapaz de darse cuenta de que se le está
engañando. Me resulta difícil entender cómo pueden dormir tranquilos quienes
hablan lo que no piensan. Hay que pensar lo que se dice, y muchas veces no
decir lo que se piensa para no correr el riesgo de caer en dogmatismos.
Si lo que
prevalece es la vanidad de escucharse a sí mismo como medio de mostrar quién
sabe más o quién es más “prudente”, estaremos enrumbados al fracaso. Mandato
bíblico es el no confiar en la propia prudencia. Es responsabilidad de todos el
acercarnos para disminuir las grandes brechas que existen a todo nivel. Pero
acercarnos de manera activa, sensata, razonable con miras a la obtención de un
resultado responsable. Resultado que debe alcanzarse mediante una metodología
bien establecida basada en la reflexión y la razón, sin demoras vanidosas.
Actuar en lugar
de reaccionar es lo que le conviene a nuestro país. Es tarea de todos los que
vivimos en este precioso país, bendito desde hace años. No a la hipocresía, no
a la arbitrariedad ni a la vanidad. Podría alguien decirle a nuestra Costa Rica
cómo dialogar, pues pareciera que los gobernantes y parte del pueblo se
ensordecieron."
Como se dice comúnmente
“primero se debe pensar, y después actuar”, esto se aplica al tema, estamos
acostumbrados por la misma sociedad, a decir todo lo que queremos y en la forma
que queremos, lo cual repercute positiva o negativamente dependo del contexto
en el que nos encontremos, pero la mayoría del tiempo los resultados no van a
ser los mejores, si simplemente expresamos todo lo que queremos sin importar la
forma. Siempre he escucho que frase que dice “para comer pescado hay que tener
muchos cuidado”, y pensándolo bien no necesariamente se refiere a los
“chismes”, también se refiere a que todo aquello que decimos puede ser
utilizado en nuestra contra si no lo sabemos decir, y nos podríamos tragar más
de una espina si no tenemos cuidado.
Viendo esto de un punto de vista empresarial, Jaime Duarte en el Libro “Comunicación Eficaz, Persuasiva y ¡Poderosa!” (2012) cita unas palabras del profesor Michael Hattersley, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard que dice: “Toda comunicación en los negocios aspira a conseguir un resultado. Cuando es exitosa, mueve a su audiencia a que haga algo: comprar un producto, cambiar el comportamiento, apoyar un plan o adoptar un punto de vista”. Todo líder empresarial, político o profesionista que desee alcanzar el éxito en sus respectivos campos de acción requiere saber transmitir con inteligencia sus ideas. No es hablar por hablar, sin pensar, es usar hábilmente la palabra para aportar. Su objetivo entonces como emisor va más allá de sólo lanzar un “rollo” pronunciar unas palabras o hablar bien.
Lo que le falta a las personas es inteligencia, porque no solo
aquel que conoce ampliamente en uno o varios campos es que sabe hablar, muchas
veces se comunica mejor un campesino que apenas tiene estudios de primaria, que
un empresario que posee un doctorado. Se discrimina al que no usa palabras
“técnicas”, debido a que no conoce, pero tal vez éste con palabras simples,
puede trasmitir de forma eficaz un mensaje que aquel que realizó un largo
discurso con una serie de palabras, pero que únicamente causo confusión en las
demás personas. La comunicación es algo que se desarrolla, no se crea pagando
la universidad más cara del país ni buscando en los mejores libros.
Con respecto a lo que menciona DuBrin en el libro “Relaciones Humanas: comportamiento humano en el trabajo” en la parte de trasmisión no verbal, en cierta forma pienso que no necesariamente utilizar gestos o movimientos corporales, decide quién es el dominante o subordinado, debido a que muchas veces es algo muy natural de cada uno, y eso no define “su poder”, porque desde niños nuestros se nos cría para hablar, pensar, movernos de cierta forma, las cuales al ser inculcadas durante nuestros primeros años de vida, son difíciles de cambiar.
Otro punto que interviene
grandemente en el proceso de la comunicación es el de saber escuchar,
normalmente no se sabe diferenciar qué es oír y qué escuchar, por ejemplo
cuando un jefe le dice a su asistente: necesito que me saque una fotocopia
inmediatamente, la palabra que define si el asistente escucho o oyó es
inmediatamente, si el subordinado simplemente se sentó y a la media hora saco
la foto copia, quiere decir que solo oyó y realizo una acción, en cambio si
hubiera realizado la acción correctamente seguido de que su jefe le dijo, el
asistente realmente escuchó.
¿Se puede cambiar el mundo por medio
de la comunicación?, Efectivamente si…
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Gutiérrez, C. (2012). Grupo Nación GN.
Recuperado de http://www.nacion.com/2012-02-20/Opinion/-Como-y-con---quien-dialogar-.aspx
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Duarte, J. (2012). Comunicación eficaz,
persuasiva y ¡poderosa!. México, D.F., Editorial Jaime Duarte Mtz.
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DuBrin, A. (2008). Relaciones Humanas:
comportamiento humano en el trabajo. México. Novena Edición.
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